Prevención de la presencia de aflatoxinas en leche de oveja
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Prevención de la presencia de aflatoxinas en leche de oveja
03 nov 2021
ITACyL, en colaboración con el CITA, estudia la incidencia de esta micotoxina en leche de rebaños de ovino lechero en Castilla y León, con el objetivo de reducir su presencia, detectarla de forma temprana si se produjese y evitar así su transferencia a los productos de origen animal, principalmente la leche y sus derivados.
Las aflatoxinas son metabolitos secundarios tóxicos producidos por hongos del género Aspergillus. El crecimiento de estos hongos en materias primas o ingredientes utilizados en la alimentación animal puede dar lugar a la presencia de aflatoxinas en los mismos, hecho que conlleva graves consecuencias para la producción ganadera: eliminación de los piensos, coste de la atención veterinaria, disminución del rendimiento productivo de los animales y, sobre todo, riesgo de transferencia desde los alimentos para los animales hacia los productos de origen animal, principalmente la leche.
El ITACyL, a través de su Línea de Investigación en Rumiantes, y en el marco del proyecto "Estrategias de prevención y control a lo largo de la cadena alimentaria para reducir el riesgo por aflatoxinas en leche de ovino y productos derivados", que se lleva a cabo de forma conjunta con el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), estudia la incidencia de aflatoxina M1 en leche de rebaños de ovino lechero de Castilla y León, así como la tasa de transferencia desde el alimento de los animales a la leche.
Dentro de estas micotoxinas cabe destacar la aflatoxina B1 (AFB1), "por su toxicidad tanto para seres humanos como para animales", y la aflatoxina M1 (AFM1), que es un metabolito de la AFB1 "que se excreta en la leche de los animales que han ingerido alimentos que contenían AFB1", explica el investigador de ITACyL, Raúl Bodas.
El nivel de presencia de AFM1 en la leche está muy influido por el tipo de alimentación que reciben los animales. "Existe un interés creciente por la detección temprana y precisa de aflatoxinas por parte tanto del sector productor de materias primas para alimentación animal como del ovino lechero", añade. En este caso, los estudios llevados a cabo hasta el momento son escasos pese a tratarse de un sector de gran relevancia, con un importante mercado de productos derivados (fundamentalmente, pero no sólo, queso).
Baja incidencia y detección precoz
Durante los años 2019 y 2020 se tomaron muestras de alimentos para las ovejas y de leche de granjas de ovino lechero con el objetivo es tener una idea de cómo evoluciona la presencia de aflatoxinas en leche en un grupo de explotaciones a lo largo del año. Los primeros resultados apuntan hacia una incidencia muy baja de este problema. Asimismo, se ha observado que, en los casos puntuales de muestras positivas, la actuación por parte de ganaderos y técnicos ha sido rápida y ha permitido corregir el problema antes de que la leche llegase a la cadena alimentaria, lo que pone de manifiesto el excelente trabajo que están llevando a cabo todos los profesionales del sector.
Además, se han llevado a cabo dos pruebas experimentales en colaboración con el Instituto de Ganadería de Montaña (CSIC-Universidad de León) con ovejas en lactación, en condiciones controladas de alimentación, para estudiar la tasa de transferencia del alimento a la leche, recogiéndose datos individualizados por oveja de ingestión de alimento producción y composición de la leche. Los primeros resultados indican que la ingestión de una cantidad moderada de aflatoxinas durante dos semanas no parece tener un efecto negativo sobre la producción o composición proximal de la leche. No obstante, la tasa de transferencia de AFB1 en alimento a AFM1 en leche parece situarse alrededor del 0,2 %, muy inferior a la que se ha observado en ganado vacuno lechero.
En la actualidad, continúa el trabajo en el marco de este proyecto para evaluar el efecto de diferentes tipos de adsorbentes de micotoxinas en la dieta del ganado ovino lechero para mitigar el impacto de las aflatoxinas y reducir su transferencia a la leche, así como para estudiar la transferencia de aflatoxina M1 desde la leche hasta el producto final obtenido (yogur y queso), para de esta manera conocer los efectos del procesado de los productos.
