Objetivo: cereales de alto valor nutritivo
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Objetivo: cereales de alto valor nutritivo
07 sep 2021
El ITACYL estudia cultivos herbáceos emergentes para ofrecer nuevas alternativas a los agricultores, la industria y un consumidor más preocupado por la salud.
'Cultivos herbáceos Emergentes: contribución a la diversificación de los sistemas de cultivos en Castilla y León' (CULTIEMER), es el nombre del proyecto en el que está trabajando actualmente el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACYL) y con el que busca desarrollar nuevos cultivos y productos que proporcionen mayor rentabilidad tanto a las explotaciones agrícolas como a las empresas agroalimentarias de la Comunidad.
El cambio en los hábitos de consumo, en una sociedad cada vez más preocupada por la salud, ha llevado a una demanda de alimentos que, hasta hace poco, no se encontraban en la lista de la compra habitual. Esto ha originado que se produzca una demanda de materias primas, hasta hace escaso tiempo muy poco solicitadas en España, no así en otros países, lo que ha provocado la oportunidad de diversificar cultivos en las explotaciones agrarias de Castilla y León.
Por este motivo, y dentro de los retos planteados en la Plataforma de Dinamización de I+i agraria y agroalimentaria, el ITACYL está analizando qué se puede o no cultivar en los campos de la Comunidad en breve periodo de tiempo, buscando nuevas alternativas que permitan, además, la ampliación de cultivos a considerar dentro de la rotación.
Así, el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León está trabajando en el desarrollo de nuevos cultivos herbáceos emergentes, y las técnicas de cultivo asociadas, para lograr producciones a un coste efectivo y con una composición adecuada al concepto de ¿superalimento¿, lo que en un futuro le pueda permitir al sector primario Castilla y León una mayor posibilidad para rentabilizar sus explotaciones y al sector transformador nuevas materias primas con un alto valor añadido.
A través del proyecto CULTIEMER, financiado con fondos FEADER, el ITACYL busca ofrecer mayores posibilidades de rentabilidad a las explotaciones y empresas de la Comunidad, proporcionando a ambos sectores, primario y agroalimentario, un escenario más competitivo a través del desarrollo de nuevos cultivos y productos. Un proyecto en el que colaboran, además, las empresas CerealtoSiro, Salutef y Semillas Batlle.
De este modo, el ITACYL está evaluando tres tipos de cultivos:
- Los trigos antiguos o especies del género Triticum y que, por diferentes motivos, se dejaron de cultivar, como la espelta (T. aestivum ssp. spelta), la escaña menor o einknor (T. monococcum ssp monococcum) y el farro, emmer o povía (T. turgidum ssp. dicoccum), entre otros. Son trigos que no han sido mejorados y algunos dan el grano vestido, lo que industrialmente dificulta la extracción de harina, uno de los motivos por el que dejó de ser interesante su cultivo.
- Cereales de alto valor añadido. Se realizan ensayos de trigos púrpura con alto contenido en antocianos en sus cubiertas externas (pericarpio y testa). Tienen un poder antioxidante muy superior al de los trigos más cultivados (rojos y blancos). Por esta razón, su consumo podría también tener beneficios para la salud como, por ejemplo, un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Pseudocereales (amaranto, quinoa, trigo sarraceno, cáñamo), especies que provienen de otras partes del mundo y que poseen características nutricionales muy beneficiosas y que precisan de un estudio de adaptación a las condiciones edafoclimáticas de Castilla y León. Estos pseudocereales son cada vez más demandados por consumidores interesados en introducir en su dieta productos alternativos más completos, y se denominan así porque sus semillas son como las de los cereales, son ricos en materiales harinosos y aptos para la panificación, pero son especies dicotiledóneas (plantas con hojas embrionarias o cotiledones en sus semillas), mientras que los cereales propiamente dichos, como el arroz, el sorgo, el maíz y el trigo, son monocotiledóneas gramíneas (con una sola hoja embrionaria).
Estos nuevos cultivos poseen un gran valor añadido e importantes ventajas: su interesante composición nutricional en cuanto a proteínas, minerales, fibra, etc. que, a pesar de no ser cereales en sí, su semilla puede ser molida a harina; no contienen gluten, lo que ha provocado un auge en el consumo de estos alimentos en los últimos años, sobre todo en países europeos donde es mayor la incidencia de la enfermedad celíaca; y son cultivos rústicos y adaptables a varios ambientes. Su resistencia a distintos estreses como las bajas temperaturas, alta salinidad y sequías, entre otras condiciones adversas, les hace ser también interesantes como cultivos resistentes al cambio climático.
Es por ello que se está realizando el estudio de estas especies y variedades con el fin de determinar los parámetros agronómicos y tratamientos más adecuados para optimizar su rentabilidad económica.
Beneficio para todos los eslabones de la cadena
Este proyecto beneficia tanto a los agricultores ( ya que les permite diversificar cultivos, incrementar producción y rentabilidad) ; a las industrias transformadoras,( al abastecerse con nuevas materias primas de proximidad, lo cual reducen la huella de carbono y su dependencia a las importaciones); y al consumidor final ,que podrá tener a su disposición productos alternativos más saludables.
