Anticipación y prevención, claves para el sector agroalimentario ante la 'revolución legal' europea
08 abr 2021
2021 se presenta como un año marcado por las novedades en materia alimentaria y en el que las empresas del sector tendrán que redoblar esfuerzos para adaptarse a las nuevas normas legislativas
La pandemia por la Covid, el cambio climático y los riesgos emergentes hacen de este 2021 un año esencial para redoblar no sólo los esfuerzos en materia de investigación, sino la capacidad de alerta por parte de todos los sectores del sector agroalimentario. Estos últimos meses, muy duros para todos como consecuencia de la crisis sanitaria, nos han dejado no pocos aprendizajes para afrontar con mayor empeño los procesos de adaptación, la sostenibilidad y la resiliencia. Uno de esos aprendizajes, y en especial para las empresas del sector agroalimentario, es el necesario esfuerzo en materia de anticipación y prevención ante los riesgos de seguridad alimentaria y de adaptación a las nuevas normas legislativas que se sucederán a lo largo de este año.
La legislación que viene: el paraguas de la estrategia 'De la Granja a la Mesa'
2021 puede traducirse en el inicio de una `revolución legal' que va a afectar directamente a las empresas del sector agroalimentario. ¿El motivo? La progresiva implantación de la estrategia europea De la Granja a la Mesa, plan europeo publicado en 2020 y que prevé algunas revisiones de legislación ya desde este mismo año, por ejemplo la relativa a la protección de cultivos con sustancias biológicamente activas o la puesta en marcha de un plan para la gestión integral de nutrientes y la reducción de fertilizantes químicos o de síntesis. La revisión de normas relacionadas con la comercialización de productos primarios o el plan de mejora de coordinación contra el fraude alimentario son otras de las acciones incluidas en la estrategia europea.
Varios expertos apuntan también que conceptos como lo ecológico, la reducción del uso de plaguicidas o la mejora del perfil nutricional ya estaban recogidos como tendencia en años anteriores y esta estrategia no hace sino dar continuidad a ese recorrido previo para ponerlo definitivamente sobre la mesa como una hoja de ruta oficial.
No obstante, no debemos olvidar que estos planes estratégicos no se implantan de un día para otro, sino que es un proceso progresivo que puede llegar a durar muchos años.
En materia de seguridad alimentaria, los retos para este 2021 y los años siguientes pasan por la investigación, el análisis en laboratorios y la armonización de las recomendaciones. Además, no hay que olvidar que sobre la Covid-19 y su relación con los alimentos todavía hay numerosos estudios en marcha y se van a seguir analizando con detalle las posibles implicaciones que su presencia en superficies y packaging de alimentos podría tener en lo relativo a la transmisión. Por esta preocupación latente, se prevé que el control ambiental siga siendo un foco de atención importante en las industrias operadoras de productos alimentarios, que ya a lo largo de 2020 han redoblado sus esfuerzos en eincrementar los estándares de higiene ambiental en sus instalaciones.
En resumen, todo lo que concierne a seguridad alimentaria y legislación va a seguir siendo fuente de vigilancia intensa para las empresas del sector agroalimentario, más aún en época post-Covid, en la que se perciben cambios relevantes para los que será necesaria una ineludible adaptación. Los riesgos emergentes y la cascada de novedades regulatorias que se atisban al abrigo de De la Granja a la Mesa serán algunos de los focos más relevantes a tener en cuenta.
